Los termostatos programables , introducidos por primera vez hace más de 100 años, son un tipo de termostato que permite al usuario establecer un horario para diferentes temperaturas en diferentes momentos. La mayoría de los termostatos programables también tienen una función de espera que suspende el horario y convierte efectivamente el termostato en un termostato manual. La idea de la función de programación es que los usuarios establezcan una temperatura más cálida o más fría cuando la casa esté desocupada para ahorrar energía y dinero. Debido a este supuesto ahorro de energía, algunos códigos de construcción y programas gubernamentales comenzaron a requerir el uso de termostatos programables. Desafortunadamente, debido a un error humano al usar estos dispositivos, muchos termostatos programables resultan en un mayor uso de energía que el termostato manual básico.

Uno de los principales objetivos de los termostatos inteligenteses reducir los problemas relacionados con el uso de termostatos programables tradicionales. Para comprender cómo los termostatos inteligentes asumen esta tarea, es importante comprender los problemas relacionados con los termostatos programables y cómo afectan el consumo de energía. Entre 2008 y 2009, Florida Power & Light (FPL) proporcionó termostatos programables a 400 propietarios y supervisó sus patrones de calefacción y refrigeración. De los 400 participantes, el 56 % de los usuarios utilizó la función de programación, mientras que el resto de los participantes no programaron el termostato y lo dejaron en “espera”. Se determinó que los usuarios que usaron la función de programación en realidad consumieron un 12 % más de energía que los no programadores. Este aumento de consumo fue el resultado de ciclos de trabajo nocturnos más altos asociados con puntos de ajuste de termostato más bajos (es decir, configuración de temperatura más baja), debido a una confusión con el establecimiento del horario. Este estudio revela que los termostatos programables no necesariamente ahorrarán energía. El termostato inteligente intenta combatir este problema sacando al usuario de la imagen y confiando en sensores y computadoras para ahorrar energía.

Otro estudio realizado sobre el tema determinó que el mayor problema de los termostatos programables era el ser humano que los usaba. La tecnología dentro de un termostato programable es sin duda uno de los factores más importantes para determinar si el termostato tendrá éxito o no en el ahorro de energía. Pero un factor igualmente importante es el humano que está usando el termostato. Desafortunadamente, muchas personas que poseen termostatos programables no saben cómo usarlos o no utilizan todas las funciones que se ofrecen. Un estudio realizó una serie de entrevistas, encuestas y observaciones para determinar que la gran mayoría de los propietarios de termostatos programables no están utilizando los termostatos para el propósito previsto. Una encuesta en línea mostró que el 89 % de los encuestados no usa la función de programación en su termostato programable. Otros resultados de las entrevistas y encuestas muestran que un gran número de personas tienen conceptos erróneos sobre la calefacción/refrigeración y el uso de termostatos programables. Una idea errónea es que la gente cree que calentar todo el tiempo es más eficiente que programar que se apague la calefacción. Otro concepto erróneo observado en el estudio es que bajar el termostato no reduce sustancialmente el consumo de energía. Estos conceptos erróneos reafirman la idea de que el propio termostato programable podría tener todas las herramientas necesarias, pero si el usuario no las usa o las usa de manera incorrecta, entonces estos termostatos fallarán en el ahorro de energía. Una idea errónea es que la gente cree que calentar todo el tiempo es más eficiente que programar que se apague la calefacción. Otro concepto erróneo observado en el estudio es que bajar el termostato no reduce sustancialmente el consumo de energía. Estos conceptos erróneos reafirman la idea de que el propio termostato programable podría tener todas las herramientas necesarias, pero si el usuario no las usa o las usa de manera incorrecta, entonces estos termostatos fallarán en el ahorro de energía. Una idea errónea es que la gente cree que calentar todo el tiempo es más eficiente que programar que se apague la calefacción. Otro concepto erróneo observado en el estudio es que bajar el termostato no reduce sustancialmente el consumo de energía. Estos conceptos erróneos reafirman la idea de que el propio termostato programable podría tener todas las herramientas necesarias, pero si el usuario no las usa o las usa de manera incorrecta, entonces estos termostatos fallarán en el ahorro de energía.

As a result of these studies and others like them, energy star suspended its labeling of programmable thermostats in December 2009. It became the goal of smart thermostats to address these issues by taking the human out of the picture and creating a thermostat that uses smart computing to truly reduce energy usage and cost.